El Sevillano Antonio Martín nos dona este pedacito de historia de la informática personal, un Sinclair ZX-80, versión inglesa. Este ordenador fue ensamblado personalmente por Antonio. Lo compró como un kit, en el que venían todas las piezas desensambladas, y era el usuario el que tenía que soldar todos los componentes a la placa base.
Antonio nos cuenta la historia de este ZX-80:
Para comenzar por algún sitio diré que de eso hace bastante tiempo en el que funcionaba la peseta y el Seat 600 era el rey.
He de decir que soy una persona afortunada, no por dinero pero si por no haber tenido grandes problemas que no haya podido resolver con tiempo y paciencia.
Todo empezó en bachillerato, con la suerte de tener un profesor de electricidad cuyo hobby era contar historias de los adelantos que se estaban produciendo en el mundo. Gracias profesor D. Miguel Álvarez.
A esta etapa de despertar el «gusanillo» sigue la del tiempo de mili en la Escuela de Reactores de Talavera la Real (Badajoz), donde gracias a los estupendos compañeros y Mandos, se sigue incrementando mi interés por los voltios y las cosas que se podían hacer con ellos. Aquí conocí a colegas con las mismas aficiones e inquietudes. Grandes tardes de conversaciones con gente sabia y preparada.
Tras terminar la «mili», y empezar a trabajar en varios temas, conseguí encontrar una Academia de enseñanza donde se estudiaba televisión y su electrónica (a válvulas de vacío) en Sevilla capital.
Bendito día porque antes de terminar, una empresa estuvo buscando técnicos para ¡otro campo de la electrónica !. En esta ocasión fue la Electromedicina.
Así conocí la industria norteamericana más moderna. El «gusanillo» estaba creciendo, y ya leía mas revistas de información técnica, cosa necesaria al tener la empresa equipos médicos suecos y daneses.
Trabajando en esta empresa fui seleccionado por otra Multinacional famosa Alemana. Aquí la técnica bajó algo de nivel, al usar mas electrónica industrial de contactores y lámparas, en vez de transistores, circuitos integrados, etc, por restricciones gubernamentales. Afortunadamente esto duró poco tiempo, dando paso a productos punteros en tecnología, y para los que hacía falta personal, cosa que aproveché para seguir mi particular formación.
Aquí llegó mi oportunidad de ver cosas nuevas, y gracias a las revistas que podía conseguir en mis viajes de trabajo cerca de Gibraltar, descubrí la existencia de un Kit desmontado de un auténtico microprocesador, y que se podían «hacer» cosas con él. A partir de aquí fue mi obsesión para la ampliación de la formación y la forma de conseguir aquella «maravilla».
Me costó tiempo y «14.000 mil pesetas». Las di por bien empleadas el día en que conecté el equipo al televisor y apareció el cursor. ¡Fantástico! aquel «chisme» funcionaba.
Esto me sirvió de formación y conocimiento para seguir trabajando con equipos cada vez mas informatizados, complejos y modernos, lo que me ha llevado a finalizar mi vida laboral en una Gran Empresa, cuidadora de su personal y alimentando siempre su Formación.
Luego vino el AIM 65, Apple II C, etc. Pero eso es otra historia.
Mi sueño se cumplió al ver el primer cursor de mi deseado ZX -80.